EL PODER CURATIVO DE LAS PALABRAS
Hay palabras que dañan y otras que sanan, como:
Un “Lo siento”, viaja por tu piel, que es el órgano más grande, te conecta y te sensibiliza con los demás, te desapega de los resultados y te convierte en la Unidad del Ser.
Un “Gracias”, moviliza todas las células de tu cuerpo, sacude tus venas y convierte tu sangre en Luz.
Un “Perdóname”, desata lazos en tu páncreas y tu colon, libera historias.
Y, un “Te Amo”, es el sonido más sanador del Universo, viaja a través de tus pulmones, desbloqueando tu respiración, recorre los riñones, transmutando los miedos y, consigue que millones de células sonrientes les den vitaminas a las células tristes de tu sistema inmune.
Estas palabras son las que se utilizan en Ho´oponopono y al tener conciencia del efecto que causan en ti y en los demás, te permitirá observar tus pensamientos, tus silencios, tus sonidos y crearás unas ondas de energía vibracional, olas de colores que influirán en los demás.
Las palabras de amor y cariño, nos mantienen sanos y ayudan a sanar los corazones lastimados, nos nutren el alma:
Un “Te quiero mucho”, “te extraño”, “estás muy guapo/a”, “cuídate”, “avisa cuando llegues”, “estaba esperando tu mensaje”, “eres muy importante para mí”, “quiero pasar tiempo contigo”, nos llenan el alma de alegría, nos inyectan fortaleza, motivación, coraje y valor.
No tengas miedo de las palabras afectivas, de ser amable y decir a cada persona lo positivo que hay en ella, de lo que aprendes de ella, de lo que te gusta su actitud, las palabras positivas nos motivan a mejorar, se consigue mucho más con buenas palabras que con críticas.
Las palabras con afecto y cariño, aportan identidad a las personas, les muestran lo valioso que tienen y les motivan a hacer cambios.


