EL PERDÓN
Otorga el Perdón a todos.
No te envenenes el corazón con odios ni rencores.
¡Aprende a domar tus dragones!
El que se daña eres siempre tú mismo, y mientras tanto, el mundo continúa con su actitud mientras tú te enfermas.
El sonido “Perdón” o “Perdóname”, desata nudos en el páncreas y en el colon, libera historias.
La primera persona a quien tienes que perdonar es a ti misma, empieza a perdonarte por haber perdonado tanto y a tantos, anteponiéndolos a ti, por pensar antes en su bienestar que en el tuyo.
Ya me he perdonado, por cada desplante que me hicieron, por haber permitido que me hicieran de menos, por haber aceptado menos de lo que merecía, por decir “te quiero” sin recibir nada a cambio, me he perdonado por haber mantenido amistades falsas, por haber permitido que me hicieran daño.
Me he perdonado, por callarme tanto, por no haberme valorado, por creer que podía con todo, por cargarme con demasiados pesos que no eran míos.
También he perdonado a mi madre y a mi abuela, que vivieron una vida que no las gustó, pero que tuvieron que aceptar o aguantar.
Me he perdonado también, por estar siempre dispuesta para todos antes que para mí.
Me he perdonado, por haber permitido recibir sólo migajas de amor.
Me he perdonado para poder tener paz en mi corazón y en mi alma.
Ahora sé, que la persona más importante de mi vida SOY YO, que me AMO, me ACEPTO, me APRUEBO, me RESPETO, me HONRO y me HE PERDONADO.
Mi conciencia está tranquila, yo soy abundante y generosa para mí y para los demás.


