BUENOS PROPÓSITOS PARA LLEVAR UNA VIDA SANA Y FELIZ
BUENOS PROPÓSITOS PARA LLEVAR UNA VIDA SANA Y FELIZ
El comienzo de un nuevo curso es un buen momento para incorporar ciertos hábitos que ayuden a que la vida sea mejor y mucho más feliz.
Incorpora hábitos en la vida diaria que te hagan más feliz.
Te propongo esta lista de buenos propósitos:
- Muévete y sal de casa
Si tienes un jardín que cultivar y cuidar o simples macetas, tendrás una bonita actividad que, mantiene la mente ocupada, el cuerpo en activo y el ánimo relajado.
Salir de casa a dar un paseo, o a caminar, ir en bici o nadar, te hace que te prepares, te duches y te vistas; no dejes de hacerlo si no te has movido en todo el día.
El ejercicio físico aumenta los niveles de serotonina, de dopamina y de norepinefrina, que son sustancias químicas necesarias para el cerebro, para el ánimo, para relajarse y sentirse más feliz.
Si trabajas en una oficina o con el ordenador, levántate a menudo, para contrarrestar los efectos nocivos de estar sentado, como dormirse las piernas o no circular bien la sangre.
Apaga la tele o limita el tiempo a la programación que te interesa, no la tengas puesta para oír algo, eso no te permite escuchar a tu mente ni a tu corazón.
- Come bien y ligero
Lo que comemos influye directamente en el estado de ánimo y el nivel de energía, tanto a corto como a largo plazo.
Comer sano beneficia al cuerpo y también a la mente, poner atención en lo que comes y en cómo lo comes, masticando bien, saboreando y disfrutando cada bocado. Comiendo despacio y masticando bien, te llenas antes y no necesitas demasiado. No sienta bien comer más de la cuenta o te sentirás con pesadez.
Lo ideal es una comida de verduras frescas y crudas, con proteínas y grasas saludables (grasa sin cocinar, pescado ahumado graso y omega-3) en cantidades moderadas, para no sentirse amodorrado después, sino lleno de energía y preparado para iniciar nuevos proyectos.
. Toma duchas frías
La técnica hay que ponerla en práctica poco a poco y gradualmente. Primero dúchate como de costumbre y, a continuación, ve subiendo la temperatura hasta aproximadamente 40° C, es decir, la temperatura máxima que puedes soportar sin quemarte. Tendrás tanto calor que desearás bajar la temperatura. En ese momento debes ir bajando la temperatura hasta que el agua esté tibia, fresca, y después sube otra vez la temperatura. Y así sucesivamente durante unos quince minutos, debiendo permanecer bajo el agua fría durante cada ciclo la mitad de tiempo que bajo el agua caliente. La última fase será la de agua fría.
Sesión tras sesión irás descubriendo lo agradable que es sentir el agua fría. Y cuanto más fría, mayor será el efecto antidepresivo. Llegado cierto punto, hasta se llega a sentir euforia. Después de secarse te sentirás lleno de energía y vitalidad.
. Habla menos, escucha más y sé responsable
«La palabra es plata y el silencio es oro». Hablar menos y escuchar más te permitirá beneficiarte de la sabiduría de los demás y te ayudará a conseguir la paz interior.
Si te esfuerzas en ser positiva, te sentirás más tranquila y, en consecuencia, más relajada. Cuando estés inquieta por algo, frena, ponte en positivo y piensa en algo alegre y bonito.
La gente feliz asume sus propias responsabilidades, reconoce sus errores e intenta aprender de sus experiencias negativas para mejorar.
No caer en la tentación de culpar a los demás de tus desgracias.
– Toma el sol todos los días
Tenemos la enorme suerte en España de tener muchas horas de sol al año.
Salir a dar un paseo en un día soleado es un lujo para muchos y a nosotros nos sale gratis.
La exposición (moderada) al sol hace que el cuerpo produzca la esencial vitamina D, que es perfecta para mejorar el estado de ánimo.
Tomar un poco el sol cada día con la piel descubierta es mucho mejor que hacerlo durante horas los fines de semana. Intenta no quemarte. Si tomas muchos antioxidantes (verduras y frutas frescas), mejorarás la resistencia de la piel frente al sol. Es preferible protegerse por dentro que, por fuera (con cremas).
Hay que ser prudentes sólo ante un sol de verano, en las horas de más calor, o si se está cerca del mar o en alta montaña, para protegerse de la reverberación.
Cuando se presente la ocasión, quítate los zapatos y vuelve a descubrir el contacto de la tierra con los pies descalzos. Andar descalzo es bueno para el cuerpo, pero también para la mente.
– Ser creativa
Todos tenemos talentos artísticos, aunque no seas un artista famoso, podemos crear. Puedes expresar tu creatividad de mil formas: cocinando, cantando, bailando, peinando, cosiendo, haciendo bricolaje, jardinería, manualidades o, con una actividad nueva, esa actividad distrae tu mente y te llena de satisfacción el logro obtenido.
– Ser amable y agradecida
La amabilidad es contagiosa, cuando eres respetuosa y amable con alguien, inmediatamente reacciona de la misma forma contigo. Cuando se es amable con los demás el cerebro produce hormonas de la felicidad como la serotonina. Así se generan vínculos con los demás, lo que favorece la aparición de sentimientos positivos tanto en el entorno como en el interior.
Expresar gratitud a todo y a todos ensancha el corazón y cuanto más agradeces, más cosas buenas recibes y más tienes que agradecer, a la vida por vivir, al sol por darte luz y calor, a los amigos por estar, a la familia por ser, a la comida por alimentarte y nutrirte, a la naturaleza por mantenerte…
Una buena costumbre es escribir un diario en el que vayas anotando los motivos diarios para mostrar gratitud.
Para empezar, debemos dar gracias por:
. Poder ver
. Poder oír
. Poder tocar
. Poder probar
. Poder sentir
. Poder reír
. Poder amar.
– Llevar una vida sana hace feliz
La salud física no se puede separar de la salud emocional.
Las personas felices tienen tendencia a gozar de buena salud, y viceversa.
En consecuencia, llevar una vida sana te produce un mayor nivel de felicidad.


