REACCIONES
Para Vivir en Paz, ¡No reacciones!, ¡No discutas!, Que no te quiten tu paz, que nadie altere tu tranquilidad, mantén la calma y la cabeza fría, te lo digo por experiencia, yo no soy muy emocional, pero soy visceral, cuando me provocan me cuesta mucho callarme, aunque siempre he estado rodeada de especialistas en discusiones, empezando por mi padre, mi hermano, un gran amigo, mis dos mejores amigas, mi pareja de los años 80, me metían los dedos para provocarme, nunca me gustó discutir pues acabas diciendo cosas que hieren, y lo más difícil es rectificar y pedir disculpas por lo que en ese momento has dicho con el calentón, mi lema ha sido, “piensa antes de hablar para no arrepentirte luego”, por eso no entraba a las provocaciones, si les veía venir con su juego, era imposible que me alteraran y no entraba al trapo, aunque a veces, me buscaban mucho las cosquillas y conseguían que diese mi opinión subiendo el volumen, en mi familia todos hablamos en voz alta, a veces, muy alta, pero sin violencia, creo que yo he sido la que les enseñó a todos a no tener ninguna violencia.
Estas discusiones, empiezan como un juego, a ver hasta donde aguantas y pueden acabar muy mal con todos enfadados.
Para Vivir en Paz, no respondas con agresiones, respira, piensa, analiza si lo que dices es correcto y no ataques al otro con el “y tú más”, así cortarás el karma que envuelve dicha agresión, deja fluir y no reacciones.
A veces he pensado que, inconscientemente me pedían una lección, ¿Cómo podía yo no reaccionar a las provocaciones con agresividad?, mi padre lo aprendió muy mayor y comprobó que era mucho mejor vivir en armonía que en discusión, a sus 89 años, vivía conmigo a temporadas, después de fallecer mi madre y, como ella sufrió muchas veces, cuando venía de su pueblo, (donde ellos mismos se definen como muy malos), venía envenenado, le hicieron muchas perrerías toda su vida y, un día le dejé un cartel en la entrada que decía: EN ESTA CASA NO SE DISCUTE MÁS, QUIEN QUIERA DISCUTIR QUE SE VAYA.
A los pocos días hizo su maleta y se fue, pero se llevó el cartel y lo puso en su casa… nunca más volvió a provocarme y los últimos 11 años de su vida, le dediqué todo mi tiempo libre y con mucha armonía, no volvió a su pueblo y consiguió VIVIR EN PAZ.


