BUENOS PROPÓSITOS, TRANSFORMACIÓN
Hace unos días ha sido la noche de San Juan, en la que existe una tradición que consiste en, quemar todo lo negativo del año en una hoguera, para empezar un nuevo ciclo con nuevos propósitos y comenzar la nueva etapa desde cero, como un lienzo en blanco.
CONJURO PARA LA NOCHE DE SAN JUAN:
QUE SE TRANSFORME:
Mi miedo en coraje.
Lo menos en más.
Los viejos patrones enquistados en respuestas frescas e inocentes.
La ira en respiraciones limpiadoras.
El dolor en esperanza.
El luto en renacimiento.
La soledad en compañía y apoyo.
La falta de poder en confianza en mis acciones.
La creatividad dormida en expresión completa.
La superficialidad en ser verdadero.
Las máscaras del amor en lo que realmente es.
La miopía en visión de águila.
Las proyecciones en realidades conscientes.
El estancamiento en movimiento.
La depresión en luz.
La esclavitud en libertad.
Las pérdidas en apoyos flexibles.
Que las obsesiones dejen de serlo.
Que la ansiedad se aleje.
Que las fragmentaciones se unan.
Que la dualidad sea unidad.
Que la pena o la vergüenza se conviertan en aceptación, la desconfianza en confianza y que el juzgar se transforme en permitir».
Sería genial, que no se quede en buenos propósitos y pongamos interés y fe en que se cumplan esos deseos que nos pueden transformar el año.
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